MENTE SOSTENIBLE
- coco beauty
- 3 ago 2020
- 4 Min. de lectura

Cada vez somos más los que estamos concienciados, los que trabajamos por ponerle remedio sin falta y los que nos sumamos a un estilo de vida lo más sostenible posible.
Tanto como las bolsas de plástico contaminan el film, el papel de aluminio y la gran cantidad de tuppers que utilizamos. Sustitúyelos por papeles reutilizables creados a base de cera de abejas orgánica. Son la alternativa más ecológica al resto de envoltorios, 100% naturales, lavables y, además, biodegradables.
La sostenibilidad es el punto clave que las marcas deben tener en cuenta a la hora de producir. Los consumidores, cada día más concienciados, están al tanto de la actualidad climatológica y quieren llevar a cabo acciones que ayuden al planeta.

Los sellos y certificados son una forma clara de evidenciar la viabilidad de un producto en cuanto a sostenibilidad se refiere.
Saber si el producto que vamos a adquirir está compuesto por materiales reciclados, es también esencial a la hora de escoger un producto u otro. El símbolo del reciclaje universal fue creado en 1970 y a través de sus tres flechas simboliza los tres pasos del reciclaje: recogida, reciclaje y compra de productos ya reciclados.
Aunque el consumo sostenible y la conciencia ecológica ganan adeptos día a día, lo cierto es que el 49% de la población mundial es ecorresignado, consumidores que no tienen mucho interés por los retos medioambientales a los que se enfrenta el mundo y no llevan a cabo ninguna medida para mejorar.
Aunque podría pensarse que son los jóvenes los que forman parte de este segmento más activo porque tienen un mayor interés por este asunto y gozan de la energía para desarrollar acciones a favor del medioambiente, son las personas mayores de 50 años el segmento de población más ecoactivo,

Comprar cápsulas de café y bolsitas de té
En el mundo tiramos más de 7.000 millones de cápsulas de café al año, unas 13.500 por minuto según cálculos de Halo, el principal fabricante británico de envases. Estas se componen en su mayoría de aluminio y plástico, un hecho que las convierte en un clarísimo enemigo del medio ambiente.
Estados Unidos, Italia y España son los países donde más se consumen estas monodosis que, además, no solemos reciclar, o lo hacemos mal, ya que la legislación no los considera envases y deberían depositarse en puntos de recogida especiales.
Las bolsitas de té también favorecen la contaminación ambiental: sus envoltorios son dañinos para nuestro planeta porque contienen nailon o tereftalato de polietileno (PET), un tipo de plástico derivado del petróleo.
Por eso, es recomendable reducir el consumo de este tipo de productos y optar por alternativas más sostenibles como las cafeteras tradicionales o el té a granel.
Utilizar bolsas de papel
Creemos que por ser de papel no perjudican igual que los cinco billones de bolsas de plástico anuales que, según la ONU, utilizamos en el mundo. Pero la realidad es bien diferente: apenas se reutilizan y suelen acabar en el contenedor de la basura orgánica.
Además, el gasto energético para fabricar una bolsa de papel es cuatro veces mayor que para una de plástico y su producción requiere de mucha agua y madera, emite gases nocivos a la atmósfera y emplea químicos que contaminan los recursos hídricos y dañan los ecosistemas. Un buen sustituto para las bolsas de papel son las de algodón, resistentes, lavables y reutilizables.
Lavar con detergentes y suavizantes no ecológicos
La mayoría de jabones para la ropa son tóxicos, ya que contienen colorantes y otras sustancias contaminantes como fosfatos, tensioactivos, disolvente 1,4 dioxano o blanqueantes ópticos que no se degradan nunca. Estos elementos provocan irritaciones y alergias, contaminan el agua y dañan los ecosistemas marinos.
La huella de carbono que origina el uso de detergentes tan solo en Estados Unidos asciende a 218 kg por familia y año, a lo que habría que sumar el gasto energético de la lavadora y la secadora. La solución pasa por utilizar detergentes para la ropa ecológicos con ingredientes naturales y biodegradables.
Beber agua embotellada
Las botellas de plástico son un claro ejemplo de contaminación ambiental. Según Greenpeace, tardan unos 500 años en descomponerse. Estos envases, de los que se fabrican 500.000 millones de unidades al año a nivel global pueden afectar a nuestra salud por las micropartículas que dejan en el agua embotellada.
La ONG americana Orb Media analizó en 2018 el agua mineral de más de 250 botellas de marcas líderes y el 93% dio positivo en polipropileno, nailon o PET. En definitiva, la única opción responsable con el medio ambiente es beber agua del grifo o usar botellas de vidrio reutilizables.
En este sentido, la Comisión Europea presentó el pasado 1 de febrero una revisión de la legislación comunitaria sobre el agua potable y el acceso a ellaEnlace externo, se abre en ventana nueva. destinada, entre otras cosas, a incrementar la confianza de los ciudadanos en el agua del grifo. Según prevé la institución europea, las nuevas medidas reducirán los posibles riesgos para la salud vinculados al agua potable de un 4% a menos de un 1%. Además, al disminuir el consumo de agua embotellada, la Comisión espera que los hogares europeos ahorren más de 600 millones de euros al año.
Es nuestra responsabilidad cuidar un planeta en el que tendrán que vivir las próximas generaciones .

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