ÁCIDOS PARA EL ROSTRO
- coco beauty
- 22 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Un ácido es el encargado de eliminar las células muertas y mejorar su ritmo de trabajo para ayudar a acelerar el proceso de rendimiento natural de la piel. Uno suave exfolia y rompe los lazos que mantienen juntas a las células que ya no tienen ninguna función. Lo importante es recordar que “más” no es sinónimo de “mejor”. Además, el tipo de ácido equivocado para tu dermis puede resultar demasiado y provocar reacciones como sequedad o un exceso de producción de grasa. ¿Por dónde empezar? Echa un vistazo a la lista de ácidos más conocidos.

Todos te suenan pero quizás no conoces muy bien sus propiedades y, sobre todo, sus diferencias. Y es que estos ingredientes son de los más utilizados en el mundo de la cosmética debido a los efectos positivos que tienen sobre la piel. Y no se trata de magia. Los ácidos cosméticos pueden aplicarse directamente sobre el cutis o formar parte de una fórmula concreta, pero en ambos casos refuerzan la capacidad de regeneración de la epidermis, en parte gracias a la acción exfoliante que suele ir asociada a la mayoría de ellos.
ÁCIDO HIALURÓNICO
Se encuentra en nuestro organismo de forma natural, formando parte del tejido conectivo, pero a medida que cumplimos años, va desapareciendo ocasionando la pérdida de volumen y firmeza. Es uno de los ingredientes más usados en cosmética ya que su principal característica es su capacidad de atraer y retener agua, algo fundamental para mantener la piel con un aspecto joven. Es capaz de hidratar a la piel y devolverle su volumen, suavizando la apariencia de las arrugas. A pesar de ser un ácido, no tiene el efecto peeling que sí que tienen otros ácidos.

ÁCIDO SALICÍLICO
Indicado sobre todo para las pieles con acné, este ácido tiene la capacidad de penetrar en los poros, limpiarlos y controlar el exceso de grasa. También tiene acción antiinflamatoria, antiséptica y antibacteriana. Esa capacidad de limpiar los poros, es lo que evita que se acumulen las pieles muertas y el exceso de grasa que puede obstruirlos, lo que lo convierte en un gran aliado de las pieles con granitos. Eso sí, puede ser bastante irritante en altas concentraciones, pero en esos casos su uso suele ser bajo supervisión médica.
ÁCIDO GLICÓLICO
Es uno de los más conocidos, ya que elimina las capas externas de la piel y por ello suele utilizarse en cosmética en los tratamientos despigmentantes y antiarrugas. También ayuda a incrementar la producción de colágeno, potenciando la firmeza de la piel. El enrojecimiento leve puede ser el mayor inconveniente de este ácido, aunque su aparición depende de la concentración en la que se encuentre, que va desde un 4% a un 20% en los cosméticos que podemos adquirir en el mercado.

ÁCIDO CÍTRICO
Su acción exfoliante está condicionada por la concentración en la que se encuentre. Pero lo que sí que podemos afirmar de este ácido es que funciona como un potente antioxidante y que estimula la renovación celular, disparando la luminosidad de la piel. Además, se utiliza combinado con minerales, como el zinc, en cosméticos para pieles acneicas para regular el exceso de sebo.
ÁCIDO LÁCTICO
Lo produce nuestro organismo y en cosmética se emplea mucho, aunque no solo en cremas. Normalmente se utiliza como regulador del PH de los productos, por ello se encuentra presente en desmaquillantes o jabones. Pero también actúa como un exfoliante muy ligero para las pieles sensibles. De ahí viene la fama de los baños en leche de Cleopatra. También mejora la barrera lipídica de la piel, otro motivo por el que es recomendable para las pieles más sensibles y, al igual que otros ácidos, estimula la producción de colágeno.

Comments